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Recetas con proteína en polvo

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Recetas con proteína en polvo

¿Conoces la proteína en polvo y sus beneficios? La más conocida es la proteína de suero (o whey protein) obtenida, como su nombre indica, del suero de la leche mediante diferentes procesos. Tienen un alto valor biológico, lo que quiere decir que puede ser absorbida por el organismo casi en su totalidad, supone una manera rápida y fácil de llegar a los requerimientos diarios de proteína, nutriente deficitario en la dieta de la mayoría de la población. A su vez, se caracteriza por tener un efecto saciante, es decir, retrasa el hambre y puede favorecer en procesos de pérdida de grasa. No obstante, la proteína en polvo no debe sustituir ninguna comida y debe usarse siempre como complemento alimenticio cuando sea necesario.

Además, si estás cansado/a de los batidos de proteína, en este post te traemos varias opciones alternativas a este conocido post-entreno, con receta incluida. Y es que, aunque los batidos son rápidos y fáciles de hacer, consumir y transportar, la proteína en polvo ofrece muchas más posibilidades igual, o más, ricas.

  • En bizcochos o repostería: dada su consistencia, se puede emplear la proteína con un uso parecido al de las harinas, para dar cuerpo a los bizcochos o productos de repostería, además de aportar sabor (si la proteína en sí lo tuviera) y un extra proteico.
  • Con yogur natural: puede parecer muy simple pero es una de las combinaciones más exquisitas. Además, aprovechando que se acerca el verano, se puede extender la mezcla sobre papel vegetal o papel de horno, añadir toppings como frutos secos machacados o nibs de cacao, y meter al congelador. Pasadas unas horas, las cortas con la forma que más te guste y te quedará una barrita proteica helada deliciosa.
  • En porridge o gachas de avena: otra versión demasiado sencilla para lo sabrosa que queda. Se mezclan copos de avena con leche o bebida vegetal, y se lleva al microondas unos 2 minutos y medio, vigilando que no hierva. Después, se añade la proteína en polvo del sabor que tengas y se mezcla hasta que todo esté bien integrado. Añade toppings como fruta cortada o crema de frutos secos, no te arrepentirás.
  • Como sirope: quizá la receta más sencilla. En un recipiente se mezcla con muy poquita leche o bebida vegetal, lo justo para que adquiera una consistencia tipo de sirope, y listo para añadir a tus platos dulces.

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