Importancia de los electrolitos en verano
Como cada verano, escuchamos la importancia de recordar beber agua y mantenerse hidratado o hidratada para evitar golpes de calor, pero ¿por qué nadie menciona los electrolitos?
Los electrolitos son minerales esenciales (es decir, se necesita ingerirlos dado que nuestro cuerpo no los crea por sí solo), cuyas funciones son mantener el balance hídrico del cuerpo, la protección de las articulaciones y el transporte de nutrientes. Los principales son: sodio, potasio, calcio, bicarbonato, magnesio, cloro y fósforo. Pueden obtenerse a través de alimentos como verduras de hoja verde, frutas o carnes blancas, entre otros.
Ahora bien, hablamos de su importancia, sobre todo, durante la época estival porque estos se pierden a través de los riñones, la piel, los pulmones, el tracto gastrointestinal y, sobre todo, por el sudor. Por eso, si a este hecho le sumamos la práctica regular de ejercicio físico se convierten en el combo perfecto para una deficiencia de los mismos, especialmente aquellos en los que se mantiene una alta intensidad de manera prolongada, como el Crossfit, la carrera o el ciclismo.
Entre los síntomas de un déficit de electrolitos podemos encontrar los calambres musculares, dolor de cabeza, fatiga, sed o sequedad de piel y mucosas. Por ello, debemos asegurarnos de tener una correcta hidratación, especialmente si somos deportistas, de la siguiente manera: Antes del ejercicio: se aconseja beber alrededor de 0,5 L de agua, que corresponde aproximadamente a dos vasos. De esta manera, se puede minimizar el aumento de temperatura durante el ejercicio físico, o lo que es lo mismo, sudar menos.
Los electrolitos son minerales esenciales (es decir, se necesita ingerirlos dado que nuestro cuerpo no los crea por sí solo), cuyas funciones son mantener el balance hídrico del cuerpo, la protección de las articulaciones y el transporte de nutrientes. Los principales son: sodio, potasio, calcio, bicarbonato, magnesio, cloro y fósforo. Pueden obtenerse a través de alimentos como verduras de hoja verde, frutas o carnes blancas, entre otros.
Ahora bien, hablamos de su importancia, sobre todo, durante la época estival porque estos se pierden a través de los riñones, la piel, los pulmones, el tracto gastrointestinal y, sobre todo, por el sudor. Por eso, si a este hecho le sumamos la práctica regular de ejercicio físico se convierten en el combo perfecto para una deficiencia de los mismos, especialmente aquellos en los que se mantiene una alta intensidad de manera prolongada, como el Crossfit, la carrera o el ciclismo.
Entre los síntomas de un déficit de electrolitos podemos encontrar los calambres musculares, dolor de cabeza, fatiga, sed o sequedad de piel y mucosas. Por ello, debemos asegurarnos de tener una correcta hidratación, especialmente si somos deportistas, de la siguiente manera: Antes del ejercicio: se aconseja beber alrededor de 0,5 L de agua, que corresponde aproximadamente a dos vasos. De esta manera, se puede minimizar el aumento de temperatura durante el ejercicio físico, o lo que es lo mismo, sudar menos.
- Antes del ejercicio: se aconseja beber alrededor de 0,5 L de agua, que corresponde aproximadamente a dos vasos. De esta manera, se puede minimizar el aumento de temperatura durante el ejercicio físico, o lo que es lo mismo, sudar menos.
- Durante el ejercicio: se recomienda beber la misma cantidad de agua que se pierde a través de la orina o del sudor durante la actividad física. En numerosas ocasiones es muy complicado calcularlo, por lo que se dice que se debe beber agua “a demanda”. Normalmente, a partir de 1 L de agua.
- Después del ejercicio: las recomendaciones apuntan que sería necesario beber unos 750 mL de agua por cada 500 gr de peso perdido. Una vez más, es complicado ser tan preciso, por lo que se podría decir igualmente que debe consumirse “a demanda”.